Cómo construir una relación duradera Cómo construir una relación duradera
El deseo por construir una relación duradera, satisfactoria, en la que reservar partes de nosotros y de nuestras energías, pero que sea al mismo... Cómo construir una relación duradera

El deseo por construir una relación duradera, satisfactoria, en la que reservar partes de nosotros y de nuestras energías, pero que sea al mismo tiempo vital, pasional y nutriente, nace de un instinto propio de nuestra especia, una necesidad en cada uno que se basa en la propia naturaleza relacional del hombre.
Necesitamos encontrar y tener a nuestro lado una persona de quien poder fiarnos, con quien poder compartir nuestra vida y con la cual construir proyectos futuros. Esa necesidad instintiva nos induce más o menos conscientemente a construir nuestra vida siguiendo patrones y cumpliendo etapas predefinidas y definidas en base a los tiempos y a los propios ritmos de la cultura a la que pertenecemos.
He ahí entonces quienes se dirigen hacia la búsqueda continua de la felicidad, representada por esa relación de amor soñada y deseada. Se buscan aquellas emociones vistas en tantas películas de amor, aquellas capaces de cambiar tu vida, de darles un vuelco a tu rutina.
La búsqueda de esa relación pasa por la búsqueda de la persona “ideal” para construirla. En la elección de la pareja juegan roles importantes diferentes factores, entre ellos las definición de nuestras necesidades que tenemos que satisfacer, nuestras fantasías y las expectativas tanto de la otra persona como de nosotros mismos.
Para construir una relación es necesario encontrar a la persona real, no solo la imagen que construye nuestra fantasía de la persona «ideal». Comprender y ver tanto las luces como las sombras del otro es algo necesario si se quiere dar vida a una auténtica relación, real y compartida.
Una vez encontrada y reconocidas las partes más oscuras de la otra persona, se está preparado para encontrarlo de verdad, entrando de pleno en el juego de la relación. Intercambio, dar y recibir. Lo que guía una relación sana es de hecho el deseo y la necesidad de juntar y unir los proyectos de vida de cada uno y de dar vida a lgo único y común.
La dificultad reside en la posibilidad cotidiana de vernos recíprocamente e no perdernos de vista. La necesidad de re-encontrarnos cada día es un elemento esencial en una relación duradera, donde es posible cuidar de la relación y a la vez de nosotros mismos, que regale felicidad y serenidad, a través del alcance de este grado de estabilidad y seguridad que tanto necesita.
Se trata por lo tanto de pasar del deseo de cambiar nuestra vida, de ponerla boca abajo, con la ayuda de un encuentro posible y extraordinario, al deseo de volver a nuestra cotidianidad, pero dándole sentido y significados nuevos, introduciendo proyectos nuevos y compartiéndolos con nuestra pareja.

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