Idealizar en el amor Idealizar en el amor
¿Existe el amor a primera vista? ¿Será mi príncipe azul? ¿Será mi princesa? Estas son algunas preguntas que captan nuestra mente a la espera... Idealizar en el amor

¿Existe el amor a primera vista? ¿Será mi príncipe azul? ¿Será mi princesa? Estas son algunas preguntas que captan nuestra mente a la espera del primer encuentro. Sin duda la atracción física juega un papel importante, las características físicas que buscamos en los demás y que nos atraen crean de hecho el primer paso hacia un encuentro posible y deseado.
Pero después de una primera impresión agradable, ¿qué es lo que nos impulsa hacia el otro?
Una relación que nace con la sensación de que finalmente «ambos» se han encontrado, si se activó esa perfecta sintonía , esa correcta comprensión y afinidad , trae consigo el inicio de las fantasías de la relación ideal, pero también al compañero/a ideal, ese conjunto de expectativas construidas para ir a formar a la otra persona para nosotros , que encarna calidad, las características que nosotros buscamos , y que necesitamos para enamorarnos. Es inevitable que en una primera etapa se pase del encuentro a la idealización. Atribuimos a la otra persona lo que nosotros necesitamos. Nosotros mismos creamos al otro de forma ideal, la persona que cumplirá nuestras fantasías, olvidándonos de dar cabida a la persona real que tenemos delante . Fantaseamos y soñamos con el otro para nosotros, que contiene en sí mismo los aspectos ideales que a veces crean una pátina ante nuestros ojos. Vemos al otro en base a lo que esperamos ver en él.
Esto, sin embargo , es esencial, es en realidad una fase fisiológica de idealización , que nos permite enamorarnos. La fase de enamoramiento se caracteriza precisamente por la exaltación de las características positivas del otro, por los aspectos de luz que deslumbran a nuestros ojos e impiden ver las partes de sombra. La capacidad de amar pasa por esta posibilidad de transformar lo real en lo ideal, y sólo entonces después de esto se puede volver atrás.
Lo que guía este camino es la respuesta a la pregunta «¿Cuáles de mis necesidades se deben cumplir en una relación de amor? » El amor es en realidad una creación activa, una distorsión de la realidad que nos envuelve en la construcción de nuestro cuento de hadas. Nos adaptamos a la realidad de lo que estamos buscando y esperamos encontrar. Construimos una relación especial, única, no comparable con ninguna otra experiencia anterior.
La idealización de la otra persona funda sus bases en la idealización infantil experimentada hacia los padres, pero a diferencia de esta, fase necesaria que solo una vez experimentada permite sentar las bases de la confianza en los demás, para la autorrealización y la interiorización del otro , la idealización en el amor es algo que nos induce muy pronto a un brusco despertar.
En una relación madura de hecho las fantasías se derrumban, la pátina se desvanece y aparecen los aspectos más sombríos de la otra persona, esos aspectos que tratábamos de negar o de no ver, emergen creando desencanto y desilusión.
Pero el amor es justo eso, descubrir también los aspectos sombríos, conocerlos y ser capaces de ponerles nombre, afrontarlos y aprender a aceptarlos, como si fueran nuestros, para no quedar encerrados en la idea y en la ilusión de la relación de amor soñada, y pasar a vivirla y compartirla de verdad.

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